jueves, 25 de junio de 2015

Humillación a las víctimas de ETA

El Código Penal recoge el delito de ofensa a las víctimas que penaliza afirmaciones como las del líder de Podemos sobre la dispersión de presos



A. Bartolomé 
MADRID-Las declaraciones de Pablo Iglesias a la revista británica «New Left Review» han causado indignación entre las víctimas de ETA, que pueden encontrar respaldo legal en el Código Penal para defender su honor. Que el líder de Podemos considere «un problema político trágico» que tras el fin de la banda terrorista haya «entre 400 y 500 presos» encarcelados «a cientos de millas de sus familias» puede ser considerado delito. Según el artículo 578 de la normativa vigente, sería considerado «descrédito, menosprecio o humillación de las víctimas de los delitos terroristas o de sus familiares», con pena de uno a dos años de prisión.
El lunes, cuando se conoció el contenido de la entrevista al medio británico, Podemos atribuyó a una «traducción inadecuada y fuera de contexto» las declaraciones de su secretario general. Según un comunicado del partido, en la versión original «resulta evidente que la expresión “problema trágico” se refiere al problema vasco en su conjunto». Fue la misma explicación que ayer dio Pablo Iglesias en una entrevista en «Los Desayunos de TVE», en la que reincidía en lo ya publicado al considerar que «medidas de excepción» como la dispersión de los presos etarras «se podrían revisar». 
Iglesias se sumaba así a las palabras del día anterior del secretario de Política de Podemos, Íñigo Errejón– «las familias no tienen que pagar una pena adicional»–, y subrayaba que «quien es condenado por un delito lo es individualmente», por lo que cabe cuestionar si es razonable «condenar también a sus familias». «Simplemente aplicando la legislación española se producirían avances interesantes», dijo.
En idénticos términos se expresó ayer la secretaria de Análisis Político y Social de Podemos, Carolina Bescansa: «Pedimos que se aplique la normativa general española y europea a todos los presos». En su opinión, la dispersión es «una excepción que de alguna manera perjudica a las familias».
 Para el secretario general de Podemos Aragón, Pablo Echenique, la decisión de agrupar a los presos de ETA, que calificó de «política» y no de «legal», podría contribuir a acabar con «los últimos flecos» del conflicto terrorista en el País Vasco.
En cuanto a Pablo Iglesias, ya se ha manifestado otras veces a favor de una política penitenciaria distinta para contribuir a la «normalización» en el País Vasco. Así lo dijo en una entrevista a la televisión venezolana Telesur en la que también se mostró a favor «del derecho de autodeterminación».
«Los etarras deberían ir saliendo de la cárcel», declaró además a attacTV, afirmación que llevó al director del Canal 24 Horas, Sergio Martín, a preguntarle si estaba «de enhorabuena» por la salida de presos de ETA coincidiendo con la del etarra «Santi Potros», con 35 asesinatos a sus espaldas. Se molestó, y mucho. Como ayer, cuando aseguró también en TVE que condena de plano el terrorismo de ETA –«la pregunta ofende», replicó– y afirmó que «algunos están muy nerviosos» por la reacción ante sus declaraciones. 
Y es que el historial de polémicas afirmaciones sobre ETA no dejan bien parados a Iglesias ni tampoco a su partido, sin olvidar los vídeos del líder «podemita» que circulan por internet en los que se manifiesta a favor de las tesis abertzales.
La postura sobre la política penitenciaria con los miembros de la banda terrorista viene de atrás: en agosto de 2014, los portavoces de Podemos en el País Vasco, Xabier Benito y Neskutz Rodríguez, reclamaban el fin de los «tratamientos de excepción y uno de ellos, por supuesto, es la dispersión». En ocasiones se ha ido más allá, como en enero de 2015, cuando Podemos Navarra defendió la manifestación que pedía en Bilbao la «amnistía total» para los presos de ETA.
El propio Pablo Iglesias, recién elegido eurodiputado, en un multitudinario acto en el madrileño hotel Ritz, contestó así cuando le preguntaron qué relato haría de la banda terrorista en la Eurocámara: «Si tengo ocasión de hablar de ETA, diría que ha producido un enorme dolor, pero también diría que tiene explicaciones políticas». Igual que ahora, causó profundo desagrado entre víctimas del terrorismo como Ángeles Pedraza, presidenta de la AVT.

Podemos abronca a Sánchez por exhibir la bandera

Errejón: «O está por el cambio o compitiendo con el PP»

 
A. Bartolomé

MADRID-La imagen ha sido portada en la prensa nacional. El líder del PSOE, pulcramente trajeado, con una enorme bandera de España detrás, recibe en el escenario a su mujer, vestido rojo a juego con la corbata de Pedro Sánchez. Ambos se besan mientras reciben los aplausos de los presentes en la proclamación del número uno socialista como candidato a La Moncloa. El estilo americano de la puesta en escena salta a la vista –es inevitable no recordar a Barack Obama con las barras y estrellas detrás y su esposa al lado–, pero lo que más llamó la atención es el uso de la bandera de España, símbolo tradicionalmente denostado por la izquierda y habitualmente asociado a partidos como el PP.
La idea fue del propio Pedro Sánchez, con el fin de resaltar el «patriotismo cívico» frente al «patriotismo institucional del PP y al caduco de Podemos», según han explicado fuentes de su equipo. Tal decisión suscitó los más diversos comentarios, pero el primero en abrir el debate fue el propio Sánchez, que a primera hora declaraba ayer en la Ser que pretendía reivindicar que la enseña nacional es tan de su partido como de todos los demás y que la siente «como propia, sin exclusiones».  También desde el PSOE, la presidenta andaluza, Susana Díaz, sostuvo que la bandera se ha utilizado «demasiadas veces» por «unos contra otros», y subrayó que lo que «une» a los españoles «por encima de todo» es la Constitución.
El gesto del secretario general del PSOE puso de acuerdo en la crítica a los populares y a otros partidos, pero también a sus socios de Podemos tras las alianzas surgidas del 24-M. E incluso parece haber levantado ampollas entre las propias filas socialistas, que no habrían encajado la idea con buena cara.
Desde Podemos, su secretario político y número dos, Íñigo Errejón, criticaba los «titubeos» del PSOE y avisaba al líder socialista de que no puede estar «a la vez en dos posiciones contradictorias», es decir, que o está «decididamente por el cambio» o «compitiendo por el tamaño de las banderas con el PP». En una rueda de prensa, Errejón  advertía de que los problemas de los españoles no se afrontan con «invenciones más o menos efímeras de marketing político», al ser preguntado sobre la escenografía usada por el PSOE, informa Ep.
Por su parte, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, dijo que le parece «bien que la bandera española, que es la de todos, la use  quien estime oportuno; yo la utilizo en los actos de Gobierno y del PP,  con normalidad y con naturalidad, y lo hago porque es mi bandera, la de mi país y es la que siento y quiero». El presidente aseguró que «una cosa es utilizar la bandera nacional» y «otra, que la sociedad española se olvide de que el PP ganó y el señor Sánchez, con el único objetivo de que no gobernara, diera su apoyo a grupos extremistas, radicales y, en algunos casos, independentistas». 
 Por su parte, el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, pidió  al PSOE «hechos, no banderas», y señaló que usar la bandera «no tiene que ser noticia» y, «si lo es, es porque algo habrá hecho mal el PSOE».
 Una de las críticas más duras llegó de Ignacio Cosidó, director general de la Policía, quien reprochó a Pedro Sánchez que presentara su candidatura con una «gran bandera» española  de fondo, mientras llega «a acuerdos políticos con aquellos que  precisamente lo que quieren es debilitar y romper España», informa Servimedia.

Rita Maestre participó también en el boicot a Rosa Díez en la Complutense


Aparece junto a Pablo Iglesias en un vídeo de la protesta, en octubre de 2010


A. Bartolomé
MADRID-Ya a la entrada fue recibida con gritos e insultos como «víctima profesional» o el clásico «fascista». En el bochornoso espectáculo del que Rosa Díez, líder de UPyD, fue involuntaria protagonista el 21 de octubre de 2010 hasta ahora se había identificado entre los participantes a dos de los principales líderes de Podemos, el partido que nacería poco más de tres años después de aquel boicot. Se trata de Pablo Iglesias, su secretario general, e Íñigo Errejón, al mando de la Secretaría Política y Área de Estrategia y Campaña. Pero este periódico ha identificado también en las imágenes a Rita Maestre, miembro del Consejo Ciudadano estatal de Podemos y actual portavoz de Ahora Madrid en el Ayuntamiento de la capital. Maestre, que se ha visto envuelta recientemente en otra polémica por el asalto a la capilla de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) del campus de Somosaguas el 10 de marzo de 2011, aparece primero sentada en primera fila delante de la mesa donde se encuentra Díez.
En el vídeo se puede ver cómo Pablo Iglesias avisa a una joven para que dé comienzo el boicot, alguien grita «arriba, arriba, arriba» y los activistas se levantan enseñando unas tarjetas rojas preparadas para la ocasión. 
Rita Maestre se pone también en pie, junto al grupo de estudiantes –dos chicas y un joven –que no es otro que Errejón– que tomaron la palabra ese día. Iglesias permanece cerca, vigilante de que todo transcurra según se ha previsto. «Pone un pie en esta casa deseando provocar protestas que le permitan recuperar algo de presencia mediática y renovar el estatus de víctima y heroína de la democracia», se escucha decir a  Errejón mientras Maestre atiende atentamente brazo en alto, como el resto, sosteniendo una cartulina roja. 
No faltaron bombas fétidas, y la alarma de incendios fue activada para hacer más ruido. Un grupo minoritario pide a los reventadores de la conferencia que se callen y abandonen la sala. Rosa Díez asiste impertérrita al espectáculo. Años después calificaría lo sucedido como «un atentado contra la libertad de expresión, incompatible con una democracia e inaceptable en cualquier lugar, máxime en una universidad».
La participación en el boicot de Maestre, que deberá responder ante los tribunales por la posterior irrupción en la capilla universitaria, certifica su papel activo desde tiempo atrás en los actos reivindicativos de quienes luego darían forma a Podemos.

domingo, 21 de junio de 2015

El 74,8% de los españoles valora de forma positiva el primer año de Felipe VI como Rey


El 76,2% considera acertada la abdicación de Don Juan Carlos y la proclamación de su hijo


A. Bartolomé
MADRID-Si una vez «España se acostó monárquica y amaneció republicana», en palabras del almirante Aznar, último presidente del Consejo de Ministros de Alfonso XIII, tal sentimiento sólo está vigente ahora en los libros de Historia. Porque la mayoría de los españoles –un 60,2 por ciento– considera hoy que la monarquía parlamentaria es la forma de Estado más apropiada para España, según una encuesta de NC Report para LA RAZÓN en la que predomina el sentimiento monárquico y a favor del Rey, que acaba de cumplir un año en el trono. A tenor de las respuestas, los españoles están con Felipe VI, con su forma de representar al país y con el nuevo estilo emprendido por la Casa Real.
El relevo se dio a conocer el 2 de junio de 2014, cuando el Rey Don Juan Carlos abdicó la Corona. Diecisiete días después, el entonces Príncipe de Asturias fue proclamado nuevo Monarca. Uno y otro paso son valorados positivamente por el 76,2% de los encuestados. Tan sólo el 10,6% califica como «regular» tal acontecimiento y  un 11,3% lo ve «mal» o «muy mal».
Los últimos años del actual Rey Emérito resultaron accidentados por acontecimientos de sobra conocidos que influyeron en la desafección hacia La Zarzuela de una parte de la ciudadanía. Pero la situación ha cambiado en estos doce meses. Según el sondeo de NC Report, el 57,9% de los españoles considera que ha mejorado su forma de ver la monarquía, mientras un 38,3% piensa lo contrario.
Y si en el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas el 57,4% de los encuestados respaldaba la forma en la que el nuevo Rey desempeña su labor, la encuesta que publicamos hoy mejora hasta un 74,8% tal percepción. Sólo un exiguo 12,1% estima «regular» la tarea de Felipe VI y un 9,3% la valora «mal» o «muy mal».
Al plantear idéntica cuestión acerca de la Reina Doña Letizia, la opinión positiva es muy similar: un 73,6% se decanta a favor, mientras un 12% lo valora su actuación como «regular» y un 10,3%, «mal» o «muy mal». Respecto a cómo realizan su papel los actuales Reyes, de nuevo es mayoritario el respaldo –un 74,9%– a quienes llevan sólo unos meses ejerciendo su papel. Por contra, un 12,6% lo estima «regular», y un 11,1%, «mal» o «muy mal».
Del 1 al 10, la calificación media que los encuestados otorgan a Felipe VI es de 6,9 puntos. Los tramos de edad más favorables corresponden a españoles entre 45 y 64 años (7,2 puntos) y 65 años y más (7,4). Los más jóvenes también puntúan alto: 6,5 puntos entre 18 y 29 años y 6,4 entre 30 y 44.
Sobre la valoración de la monarquía bajo el reinado de Don Felipe, la puntuación media es similar: 6,6 puntos. En este apartado, los mayores de 65 años son más generosos (6,9), seguidos los ciudadanos entre la treintena y los 44 años (6,6).
La preparación del Rey para la responsabilidad que ha asumido suscita máximo acuerdo. Teniendo en cuenta el bagaje que fue adquiriendo como heredero desde la infancia –46 años tenía al ser proclamado–, el 85,7% de los encuestados dan una respuesta afirmativa. Por contra, la formación de Felipe VI no es apreciada por un 6%.
La pregunta de si es necesario un referéndum para elegir entre Monarquía o República despeja cualquier duda: el 53,9% de los españoles lo rechaza, mientras un 37,2 opina lo contrario.
Antes que el actual Rey, quien más hizo por la institución a lo largo de una dilatada trayectoria, sólo ensombrecida en una ínfima parte fue su padre, fue Don Juan Carlos, que hoy vive como Monarca Emérito un discreto retiro visto con buenos ojos por quienes fueron sus súbditos. Así, un 70,3 por ciento de los españoles piensa que no debería tener más presencia pública, mientras que sí cree que habría que contar más con él un 23,1%. 
Por último, y haciéndose eco del debate que surgió especialmente cuando en los últimos años se planteaba el previsible cambio de inquilino en La Zarzuela, la encuesta inquiere sobre la necesidad de regular por ley el papel de la Corona. Un 54,4 por ciento se manifiesta a favor. En la mente del ciudadano pesa pues ese proyecto de ley que aún debe desarrollar el Título II de la Constitución, el relativo a la monarquía. Menos para el 19,6 por ciento, que no lo considera necesario. 

Cómo hemos cambiado

El relevo en La Zarzuela supone modificar retratos, títulos oficiales y hasta el escudo


Por Andrés BARTOLOMÉ

El cambio de Jefe de Estado trae consigo modificaciones políticas e institucionales, pero también en el día a día de los ciudadanos: las monedas, los sellos, la rúbrica en los títulos oficiales, los retratos e incluso el equipo de fútbol de la Corona. 
Sin duda, el cambio más significativo es el relevo de la efigie que aparece en las monedas en circulación. El primero que manejó billetes con la imagen de los nuevos Reyes fue, en octubre de 2014, José Luis Torrente, el inefable personaje creado por Santiago Segura. Más allá del cine, la auténtica permuta se hizo esperar, aunque fue ese mes en que se estrenó la quinta entrega torrentiana cuando la Secretaría del Tesoro y Política Financiera, dependiente del Ministerio de Economía, autorizó el cambio para que las monedas del Rey Don Juan Carlos que hemos manejado desde1975 compartieran curso legal con las de Felipe VI.
El Tesoro Público ya había cubierto su cupo de emisión para 2014, por lo que hubo que esperar hasta 2015 para ver las nuevas piezas en circulación (antes hubo una serie conmemorativa para coleccionistas). Para realizar el cambio de efigie, el Tesoro tuvo que pedir autorización a la Comisión Europea y al Banco Central Europeo (BCE).Tras el permiso, se reunió la Comisión de la Moneda –que incluye al Tesoro, al Banco de España y a la propia Casa de la Moneda–, que  inició el proceso para la acuñación de las nuevas piezas. Finalmente, la sucesión llegó, casi ocho meses después, a las monedas de uno y dos euros: las nuevas piezas de curso legal con la imagen de Felipe VI empezaron a distribuirse el pasado 2 de febrero. 
En cuanto a los sellos, el 12 de octubre de 2014, día de la Fiesta Nacional, se pusieron en circulación los primeros dedicados a los actuales Reyes, una emisión conmemorativa de Correos que constaba de dos estampillas, una con el retrato de Felipe VI y la otra con la imagen del Monarca junto a Doña Letizia, ambas por valor de un euro. 
El pasado 20 de enero se estrenó una serie básica con la imagen de Felipe VI. La novedad, en consonancia con la imagen de modernidad de la Casa Real, era la inclusión en una de las estampillas de realidad aumentada, una aplicación que permite al usuario desde su dispositivo móvil capturar el retrato del Monarca y acceder a información sobre el Jefe del Estado y su presencia en la filatelia.
Sobre los retratos, el artículo 85 del Reglamento de Organización, Funcionamiento y Régimen Jurídico de las Entidades Locales dice que «en lugar preferente del salón de sesiones estará colocada la efigie de S.M. El Rey». La norma se incluye entre los requisitos de celebración de los Plenos municipales. Pero no sólo los ayuntamientos, los retratos oficiales colocados en oficinas, en los juzgados, en el Congreso de los Diputados y demás edificios públicos también tuvieron que hacer hueco a Don Felipe.
Una de las primeras en estrenar imagen Real fue María Dolores de Cospedal en el Palacio de Fuensalida de Toledo. En instituciones como la Asamblea de Madrid, por ejemplo, el cambio se hizo en todos los despachos, pero en la Sala del Consejo de Gobierno se ha mantenido un enorme cuadro con la figura del Rey Don Juan Carlos por sus especiales dimensiones. Y en un Ministerio monárquico por excelencia como el de Defensa, cada despacho cuenta con la fotografía de Felipe VI desde septiembre de 2014, según fuentes del gabinete de Morenés. 
En colegios y universidades públicas no es obligatorio, aunque suele ser costumbre. En dos de tres centros escolares consultados al azar por este diario no había retrato del Rey actual ni de su antecesor, y en el tercero, Don Juan Carlos seguía en las aulas porque «nadie ha comunicado nada». Fuentes de Patrimonio Nacional explicaron a este periódico que se puede descargar desde su web (www.patrimonionacional.es) el retrato oficial del Monarca, que antes se podía comprar o era distribuido por la propia institución, aunque a ayuntamientos como el de Navalperal de Pinares (Ávila), tras un primer contacto el 10 de octubre de 2014, llegó a primeros de año un paquete por mensajería –que remitía Patrimonio– con cuatro láminas Reales. Su coste: 14,68 euros.
Otra de las novedades fue el escudo Real, que se desprendió del yugo y las flechas, herencia de los Reyes Católicos. Además, el azul característico que usó Juan Carlos I pasó a ser carmesí, que se incorporó también a las matrículas de los coches oficiales del nuevo Rey. 
En cuanto a eventos deportivos, Don Felipe ya presidió la final de la Copa del Rey en 2012 entre Barcelona y Athletic de Bilbao y ha representado a la Corona en numerosas ocasiones, pero la final del 6 de junio fue su primera cita como Monarca, con incómoda pitada al himno incluida. 
Y si en 39 años el Real Madrid fue el once predilecto del inquilino de La Zarzuela, el Atlético se ha convertido ahora en el equipo del Rey, ya que Don Felipe es un aficionado confeso del conjunto rojiblanco. Distinto será también el modo de expresar las emociones en el campo. La efusividad de Don Juan Carlos a lo Sandro Pertini en España ‘82 ha dado paso a una alegría más contenida por parte de su hijo.
Y hay más. El decreto sobre Obtención, Homologación y Expedición de títulos universitarios especifica en sus artículos tercero y decimoséptimo que deben llevar la firma del Rey. Pero ya no firma «Juan Carlos I, Rey de España», sino que ahora la rúbrica es de «Felipe VI, Rey de España». También en el ámbito de la educación, quienes se encargan del contenido de los libros de texto deben tener en cuenta la nueva situación histórica y ampliar el temario para los estudiantes.
Por último, entre otras innovaciones ya vividas, el tradicional discurso de Navidad –con protagonista y escenario renovados– o la foto familiar de Marivent. Otros cambios están por ver. En los próximos años puede haber un hospital Reina Letizia o un auditorio Felipe VI. De momento, el pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza seguirá con ese nombre.